Tiramisu Sin Lactosa
Cremoso y espectacular
Cuando a alguien le dicen que es intolerante a algún alimento, su mayor miedo es dejar de disfrutar de él. Los intolerantes a la lactosa lo tienen bastante complicado, ya que muchos de los alimentos golosos de los que disfrutamos cada día la contienen. Desde aquí intentaremos ayudarles un poco e ir sacando recetas que les puedan llevar a sus paladares diferentes sabores y texturas para que no echen nada en falta. Espero que la probéis y os guste, su cremosidad es espectacular!
Ingredientes:
- 1 bizcocho de unos 2 cm. cortado por la mitad
- 100 gr. de azúcar glass
- 5 yemas de huevo
- 1 cdt. de azúcar vainillada
- 500 gr. de mascarpone sin lactosa
- 1 pizca de sal
- 1 vaso de leche sin lactosa
- 2 cd. de nescafé
- 50 ml. de amaretto
- Cacao valor sin azúcar
Elaboración bizcocho:
Primero tenemos que preparar el bizcocho que vamos a usar. En este caso yo utilicé la masa de las Magdalenas que siempre hacemos y lo preparé en un molde desmontable. Eché aproxidamente 1,5 cm. de masa y horneé a 180ºC en horno precalentado durante unos 25 minutos. Dejamos enfriar sobre una rejilla y con la ayuda de un cuchillo o lira abrimos por la mitad.
Elaboración Crema:
En un bol echamos el azúcar glass y las yemas de huevo. Batimos con la ayuda de unas varillas, le añadimos un poco de sal y el azúcar vainillado. Seguimos batiendo y agregamos el mascarpone. Tenemos que batir hasta que quede una crema homogénea. Si tenéis la TMX simplemente tendréis que colocar la mariposa y mezclar 10 segundos todos los ingredientes en velocidad 3 y 1/2, y estará lista para usar.
Montaje:
En el molde desmontable donde hayamos realizado el bizcocho, ponemos la base del bizcocho. Calentamos el vaso de leche, añadimos el nescafé y el amaretto y mezclamos bien. Con esta mezcla bañamos en abundancia el bizcocho. Vertemos la mitad de la crema encima y extendemos.
Colocamos la siguiente capa de bizcocho y volvemos a bañar en abundacia en la mezcla de leche, nescafé y amaretto. Echamos el resto de la crema encima y alisamos lo mejor que podamos con la ayuda de una cuchara o espátula. Reservamos en la nevera.
Justo antes de servir, desmoldamos y espolvoreamos con cacao, con la ayuda de un colador o tamizador. Y servimos. Estará más bueno de un día para otro.